Ante la república tenemos el deber de hacer como ciudadanos un llamado a nuestros connacionales, a tomar conciencia de un tema que con el transitar de un siglo y la instauración de la mal llamada época democrática, en Venezuela viene rebasando espacios en nuestra sociedad con el fin de terminar de sumergir a la misma en las tinieblas de su identidad y gentilicio como nación.
Por @PabloBrito24
Por lo que no exagero al decir, que en lo que respecta a la cultura y todo lo que deriva de esta, nuestro país se encuentra en una férrea lucha contra aquel aluvión deformador definido universalmente como transculturización, la cual refleja el eminente Mario Briceño Iragorry, cuando nos plantea la supremacía del árbol de navidad sobre nuestro nacimiento o la desaparición de la caracas de entonces que envolvía en su seno los techos rojos, las blancas torres y azules lomas que describe Pérez Bonalte en su obra más memorable (Vuelta a la patria) sin olvidar la terrible y lamentable destrucción del ilustre barrio del saladillo en la Maracaibo de entonces bajo la promesa de un supuesto progreso que trajo consigo la destrucción del casco central de uno de los monumentos históricos orgullo de aquel gentilicio.
Es así como orientado bajo esta noción e inspirado por un sentimiento patriótico, planteo ante ustedes la posterior pregunta ¿Por qué nuestra generación prefiere lo de afuera en cuanto a música, expresiones y tradiciones respecta antes que lo nuestro? Lo cual me atrevo a contestárselos desde mi perspectiva como nacionalista que nuestra crisis en cuanto a este tema se refiere reside en la falta de memoria o sentido histórico sumado a la pérdida de conciencia como nación. Así como la aceptación pasivamente por parte de nosotros mismos de ideologías foráneas que buscan la fuga del talento venezolano, de modo que los jóvenes de la Venezuela de hoy no tengan sentimientos de amor por la tierra que los vio nacer, pero si por la extranjera lo que nos conduce a enmarcar esta deplorable situación cultural como país.
Para volver nuevamente desde mi criterio, luego de lo expuesto aquí presente, a decir convencido absolutamente de ello que la cuestión primordial y básica para reconstruir la Venezuela del mañana y no repetir los errores de la Venezuela de ayer y la Venezuela de entonces, es rescatar la familia como centro de nuestra sociedad, es un cambio de actitud como lo proponía el memorable Renny Ottolina sumado a el rescate de su lecho de muerte para llevarla al estandarte de la sociedad, como pilar fundamental de nuestra nación, es la cultura, por ser esta misma tan variada como rica en las distintas regiones de nuestro país y la célula fundamental que une o entrelaza a nuestra sociedad.
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